domingo, 3 de febrero de 2013

La Buena Alimentación



Una premisa muy importante es saber que la salud y el buen funcionamiento del organismo humano, depende de la nutrición que se le da al cuerpo durante toda la vida.
Pero tal vez, comer por calmar el hambre no sea acertado, o no comer por no engordar, o peor aún comer  cualquier tipo de comida, a cualquier hora y en mucha cantidad tampoco sea lo adecuado, ya que estas decisiones pueden acarrearle consecuencias negativas a la salud. Por eso se hace necesario que se clarifique oportunamente el propósito de la satisfacción del  apetito, si es sólo para calmar el hambre (alimentarse) o para que el organismo funcione correctamente (nutriéndose). Cuando el individuo se alimenta, toma cualquier tipo de producto industrializado o no, para calmar una necesidad fisiológica urgente, el hambre. En cambio cuando se pretende nutrir el organismo, se consumen alimentos con el propósito de realizar las diferentes funciones que el cuerpo necesita y que se requieren para mantenerse saludable, aunque no siempre el sabor sea agradable. Hay pues cinco grupos de Nutrientes a saber; Proteínas, Grasas, Carbohidratos, Vitaminas y Minerales.
Cuando en las ingestas diarias el ser humano consume de los cinco grupos de Nutrientes, se dice que tiene una Dieta Balanceada y Saludable. Muchos Nutricionistas y Nutriólogos aconsejan consumir de todos los alimentos que contengan estos tipos de Nutrientes a lo largo del día en cinco comidas diarias; desayuno, merienda, almuerzo,  merienda y cena. Estas meriendas deben ser ricas en frutas de la estación y en frutos secos. Otros incluso aconsejan hacer la ingesta de un super-desayuno, un almuerzo más sencillo y una cena muy breve. Pero todos los especialistas en Nutrición recomiendan consumir por lo menos ocho vasos de agua al día.
Ahora cabe preguntarnos: ¿Estamos nutriendo nuestro organismo o sólo alimentándolo? ¿Qué papel juega la comida rápida en nuestra nutrición? ¿Comemos apropiadamente o sólo estamos gestando una vejez llena de enfermedades? En este tema, hay mucha tela para cortar, teniendo cuidado con la calidad y la cantidad de lo que se ingiere, pero nunca es tarde para empezar a hacer lo bueno, o como afirmó Hipócrates “Que tu alimento, sea tu medicina”.  



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