Se ha
discutido mucho sobre la belleza física y la belleza interior. ¿Cual es la
necesaria para ser exitoso? ¿Cuál es la más importante, la belleza de afuera o la de adentro? Ambas
tienen muchos adeptos, pues una persona con un físico y un porte extraordinario
llama mucho la atención, pero también una persona con hermosura de carácter es
maravillosa, pero cuando ambas bellezas se concentran en una sola persona, debe
ser lo más grandioso que todo ser humano anhele...Sin embargo, hay una premisa
importante, la belleza física decrece con los años mientras que la belleza
interior puede seguir acrecentándose a medida que pasa el tiempo.
Ahora bien,
la mujer venezolana se ha destacado en el mundo entero por su belleza física
tan singular…en cada pasarela que pisa una venezolana deja la huella estampada
de una espléndida hermosura. Este hecho ha ido deformando las mentes de algunas
personas en nuestro país, que día a día forjan el culto a la belleza del cuerpo
y poco a poco se ha ido estableciendo en ellas el deseo de seguir siendo
jóvenes y bellas, a costa de lo que sea.
Es así que desde
los primeros años de escolaridad se ha fomentado la idea de que “para ser
bella, hay que ver estrellas”…ese es el mensaje que los medios han transmitido
a muchas jóvenes y a las no tan jóvenes, quienes olvidan el embellecimiento
interior, lo minimizan en importancia o lo dejan en segundo plano, centrándose
en querer realzar aún más su belleza física debido a que aseguran que la
belleza física es sinónimo de éxito en todos los ámbitos y para ello quizá
deban asistir a un cirujano estético.
El caso es
que los cirujanos expertos, trabajan en clínicas acreditadas y con precios nada
favorables para el bolsillo de la mujer venezolana de clase media, es por todo
esto que muchas de ellas acuden a cualquier “lugar” que les ofrezca la
posibilidad de volverse hermosas con unos toquesitos por allá, unos recortes
por allí y unos implantes por acá…En Venezuela se están realizando más de 40.000
implantes mamarios al año y la cifra sigue en aumento aunque hace poco salieron
algunas restricciones al respecto… las cirugías cosmetológicas continúan en
ascenso con graves consecuencias para muchos pacientes.
Es urgente hacer entender a las nuevas
generaciones, sobre todo los adolescentes, que dar culto a la belleza
incrementa la superficialidad y que al no aceptarse tal cual se es, degrada al
ser humano y le convierte en presa fácil de la vanidad, los antivalores y la
baja autoestima, eso sin decir de los riesgos que trae para la salud una
cirugía mal realizada.
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