En estos calurosos días de febrero, cuando muchos estamos pendientes de las mejores películas, mejores actores y actrices de Hollywood, se hace necesario frenar un poco ese ánimo sibarita y volver a hablar de un tema que me cosquillea cada vez que voy al centro de la ciudad, …así que he de repetirlo, aunque ahora con diferente estrategia, con otro tono…a ver si mis queridos lectores aprenden junto conmigo a amar más a nuestra querida ciudad, Mérida.
Se que no hemos disfrutado la suerte de tener “gobernantes” en nuestro estado, que se hayan preocupado demasiado por la basura y el reciclado…pero es que en cuanto a amar la basura y querer vivir en ella los Merideños nos llevamos un Oscar… observen las calles y avenidas de nuestro municipio Libertador, donde hay mayor movimiento turístico y mayor población juvenil y me cuentan…
Da vergüenza ver como desde las cinco de la madrugada, casi cada día los pocos camiones de recolección de desperdicios salen por las principales calles y avenidas de la ciudad a recoger las bolsas y cajas repletas de basura. Y parece mentira, pero es la verdad, no ha pasado ni una hora desde el momento que pasó el camión, cuando por arte de magia, aparecen de nuevo, bolsas y cajas repletas de basura.
¿Qué está pasando con nuestro sentimiento de civismo? ¿Por qué sacamos la basura fuera del horario asignado? Por qué seguimos lanzando papeles, restos de comida y desperdicios en plena vía pública? Da asco ver cómo está el centro de la ciudad de Mérida, en las noches o al amanecer…y muchas veces no es porque no la hayan limpiado y recogido su basura, sino porque gente inescrupulosa se da a la tarea de ensuciarla y derramar bolsas de basura por todas las calles….¿Qué tipo de personas estamos viviendo en Mérida? ¿Acaso han salido de una porqueriza? He visto con mis propios ojos gentes lanzando envases de vidrio o de plástico por las ventanillas de su carro en plena avenida…sin importarles quien viene detrás o si pueden herir a alguien. ¡Qué deshumanización la que estamos padeciendo!
Siento que ya es hora de cambiar, respuesta sabia sería reciclar nuestros desechos sólidos, aprender de una vez y para siempre que separar la basura da más beneficios a nuestra Mérida y a sus habitantes, y que la asquerosidad sólo trae infecciones y enfermedades graves…Qué pare ya tanta frialdad, que nos amemos más unos a otros y que Mérida sea un lugar dónde vivir con respeto y siendo mejores ciudadanos.